miércoles, 30 de octubre de 2013

PROBLEMA DE DIFÍCIL PREVENCIÓN Y AUN MAS DIFÍCIL SOLUCIÓN

PROBLEMA DE DIFÍCIL PREVENCIÓN Y AUN MAS DIFÍCIL SOLUCIÓN 

La delincuencia constituye un grave problema social de difícil prevención y de aún más difícil solución. El término delincuencia es un concepto de carácter legal, social, psicológico y moral. Desde todas estas perspectivas se ha estudiado el tema de la delincuencia con diversos resultados e interpretaciones, y con dificultades para establecer los límites entre la conducta delictiva y la no delictiva. La valoración de la conducta delictiva depende de factores culturales y del establecimiento de las leyes de una sociedad.
A lo largo del tiempo se van modificando las leyes, y por lo tanto cambia el carácter delictivo de determinados actos, e incluso varía en la misma época de una sociedad a otra.
Por ejemplo, la homosexualidad ha desaparecido como comportamiento delictivo en algunas sociedades, pero en cambio continúa en otras. También los delitos reciben distinta consideración social, hay delitos no exentos de cierto "prestigio", mientas que otros reciben una repulsa social más contundente.
Los comportamientos delictivos pueden darse en cualquier edad de la vida, de forma ocasional o continuada. Algunos delincuentes han empezado sus conductas antisociales ya en la infancia y otros lo harán al llegar a la vida adulta; algunos solamente delinquen durante una época de su vida, por ejemplo, durante la adolescencia, y otros, lo hacen empujados por algunas circunstancias, como sucede a partir del consumo de drogas.
La delincuencia juvenil ha aumentado de forma alarmante en los últimos tiempos, pasando a ser un problema que cada vez genera mayor preocupación social, tanto por su incremento cuantitativo como por su progresiva peligrosidad cualitativa. La delincuencia juvenil es, además, una característica de sociedades que han alcanzado un cierto nivel de prosperidad. Es decir, en las sociedades menos desarrolladas la incidencia de la delincuencia juvenil en el conjunto del mundo del delito es menos que en las comunidades más avanzadas en el plano económico. En general, en las grandes ciudades latinoamericanas, la delincuencia juvenil está ligada a la obtención -delictiva- de bienes suntuarios de consumo y por lo general no practican la violencia por la violencia misma sino como medio de obtener sus objetivos materiales.
Una de las razones de que la delincuencia alcance su punto culminante entre la adolescencia media y la final es que en esa época muchos jóvenes aprenden a realizar adaptaciones sociales sin el auxilio de padres o docentes.
La delincuencia está presente en todos los grupos socio económicos. Si bien muchos casos no llegan a los estrados judiciales, los delitos de los adolescentes de las clases superiores a menudo superan en gravedad a los que tienen por actores adolescentes de clases inferiores. El motivo principal del aumento de la delincuencia en el sector pudiente es el de "producir excitación".

lunes, 30 de septiembre de 2013

Causas, efectos y soluciones para la delincuencia juvenil

Causas, efectos y soluciones para la delincuencia juvenil

Causas

Los criminólogos reconocen una variedad de causas al examinar las raíces de la delincuencia juvenil. Las expectativas de la familia, especialmente cuando los padres u otros familiares podrían estar bajo supervisión de la corte o en prisión, afectan el comportamiento de los niños. Los compañeros, especialmente los miembros de pandillas, también influyen en las acciones juveniles. Algunos niños pueden sentirse etiquetados como delincuentes, y por lo tanto actuar como tales; se trata de un tipo de profecía auto cumplida. Las expectativas de la comunidad amplían este proceso de pensamiento al fomentar conductas delictivas, ya sea en forma sutil o abierta. Los factores económicos, sociales e incluso culturales pueden influir aún más en conductas delictivas. Los medios de comunicación de vez en cuando, si no de manera intencional, promueven la violencia, que puede afectar las acciones de los niños también.

Efectos

Según datos de 2011, la delincuencia juvenil cuesta a EE.UU. más de $ 1 mil millones al año, de acuerdo a la educadora Cynthia H. Roberts. La delincuencia juvenil "roba" a la sociedad a algunas de sus personas más brillantes y de mejores jóvenes, los que deciden seguir el estilo de vida de la conducta delictiva. Algunos se institucionalizarán y participarán en un comportamiento aún más violento, costando la vida a las víctimas y proyectando nuevas cargas económicas sobre la sociedad. A su vez, la población en general podrá ver ciertas zonas de una ciudad, por lo general urbanas, como indeseables.

Soluciones

Un joven de 11 años de edad que cometa una infracción no tiene por qué ser encarcelado con un delincuente de 17 años de edad, con antecedentes de delitos violentos. Los programas condicionales que ofrecen clases de educación sobre los delitos específicos proporcionan una base para abordar el problema que provocó la detención en el primer lugar. A veces, la asesoría puede ayudar a los delincuentes que sufren de abuso de sustancias o problemas de salud mental. Otros delincuentes se benefician de la libertad condicional y de una estrecha supervisión en la comunidad. De acuerdo con el Centro de Justicia Juvenil y Criminal, el encarcelamiento debe ser reservado para los delincuentes juveniles más violentos sólo cuando sea absolutamente necesario para la seguridad de la sociedad.
FUENTE:

miércoles, 14 de agosto de 2013

Delincuencia Juvenil Argentina

Delincuencia Juvenil Argentina


Un porcentaje importante de los jóvenes argentinos se encuentran influenciados por la cultura de pibes chorros. Solamente el caminar por las calles de Buenos Aires nos confirma la hipótesis. Por supuesto, no todos nuestros jóvenes terminan en la delincuencia pero el fenómeno de los pibes chorros y las villas miseria son elementos de una cruda realidad argentina. Debemos tener en cuenta que el incremento de los delincuentes juveniles es inversamente proporcional a la recesión económica. El alcohol y las drogas son elementos cotidianos en la vida de los jóvenes delincuentes; contribuyen y afloran un verdadero sentimiento de agresión y violencia, que muchas veces termina con la muerte de propios y ajenos.

Para más información, solicite al autor por correo electrónico, el trabajo de investigación "Delincuencia Juvenil Argentina - Pibes Chorros".

 Lic. Ricardo Lupo Imagen obtenida de: www.elobservatodo.clPublicado por Ricardo Martín Lupo en 18:41Etiquetas: Delincuencia Juvenil, Delincuentes, Delito de Menores, Inimputabilidad, Jóvenes Delincuentes, Maras, Pibes Chorros, Villa Miseria

(Fuente:
https://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&ved=0CEYQFjAA&url=http%3A%2F%2Fpfslupo.blogspot.com%2F2008%2F01%2Fdelincuencia-juvenil-argentina.html&ei=d3wLUqz0H9OI2gXn1oCYDg&usg=AFQjCNE05m10whBG0qgCr5gpw048XxiGLg&sig2=hleHU5X3iLqISRj76rOQyA)

lunes, 29 de julio de 2013

CÓMO MANEJAR LAS MENTIRAS DE LOS ADOLESCENTES

CÓMO MANEJAR LAS MENTIRAS DE LOS ADOLESCENTES


- Cuando lo vea robando o diciendo mentiras, no reaccione de manera violenta, esto sin duda puede agravar las cosas y generar dos actitudes igualmente contraproducentes, que se aísle o que se rebele. Asuma una actitud tranquila y calmada, no entre en pánico.
- Indague por los motivos que lo condujeron a tener esta actitud, recuerde que hay muchas razones por las cuales un adolescente incurre en estos actos, no necesariamente tiene que ser lo peor.
- Pregunte si otras veces lo ha hecho, averigüe con discreción si en el colegio ha habido incidentes parecidos donde él se ha visto involucrado y conozca sobre las amistades que frecuenta. A veces estos comportamientos son reforzados en el grupo como actitudes de riesgo que les aumenta la imagen frente a los otros.
- Acuda al diálogo pero no lo ponga contra la pared para que diga la verdad. Exprese algo como que usted espera que él reflexione sobre lo que hizo, y puedan hablar en un momento determinado sobre esto, para tomar algunas medidas, como devolver lo robado, enfrentar la situación con la verdad u ofrecer disculpas a alguien.
- No lo juzgue como mentiroso o ladrón, refiérase específicamente a la acción inadecuada que tuvo y no a él como persona. No lo descubra en público, ni lo amenace, esto aumentará su rebeldía, además de que le genera rabia y resentimiento. Así mismo, evite la ironía y los comentarios de doble sentido.
- No lo trate como si fuera un delincuente, esfuércese por no perder la confianza en él y darle la oportunidad de corregir estas conductas, alabe el esfuerzo que hace en este sentido.

- El castigo no debe ser utilizado para evitar o corregir la mentira, porque en la mayoría de las ocasiones, para evitarlo, los niños y los jóvenes terminan por aprender a perfeccionar la calidad de sus mentiras.

lunes, 1 de julio de 2013

DELINCUENCIA JUVENIL Y CONTROL SOCIAL

DELINCUENCIA JUVENIL Y CONTROL SOCIAL.
Una aproximación crítica desde los discursos del Derecho y los mecanismos de exclusión social

Por Cristina Jiménez.



Por regla general los períodos de crisis social, económica y política han adquirido un tinte apocalíptico y definitorio para los observadores en ellos involucrados. Actualmente no suele haber controversia alguna respecto a que está sucediendo un proceso de profunda crisis social, política, económica y cultural. Pero el  término “crisis” suele ser ambiguo. Tomado originalmente de la práctica de la medicina en donde remitía como significado a un cambio en el estado del enfermo, se ha convertido en una noción lo suficientemente polémica como para adquirir significaciones diversas y hasta encontradas si tenemos en cuenta que puede implicar tanto un sentido de transición como de corte y ruptura, puede ser tanto un concepto analítico como una valoración, o puede entenderse como un momento de liberación y estallido de las contradicciones que ya estaban en conflicto o como un mecanismo de reajuste del equilibrio social. Periódicamente en su sentido original, en la medicina, crisis significaba resolución mientras que en nuestra percepción general significa lo contrario: indecisión. Si se puede “medir” la crisis por indicadores tales como el empeoramiento en las condiciones generales de vida (desocupación, conflictos sociales, etc), o por el imperio de la anomia (incremento de conductas transgresoras y delitos), no hay duda de que uno de los aspectos que implica la noción de crisis, a saber la presencia de una perturbación, se cumple y en demasía. Respecto a las causas, la naturaleza y la perspectiva evolutiva de esta crisis es materia de debate en lo que hace a su comprensión, y de actos y conductas para las instituciones y sujetos sociales según sean sus intereses.

Es nuestra intención en estas notas referirnos a cuestiones referentes al incremento de delitos violentos contra la propiedad y las personas cometidos por jóvenes y adolescentes, la categorización que se hace desde el Derecho y el sistema legal, así como desde el campo de las ciencias sociales que, en este caso, se configuran como un entorno productor de discursos para-jurídicos y la respuesta institucional del Estado (la policía, la ley y el sistema penal). Está claro, según las consideraciones hechas al comienzo, que el incremento de este tipo de delitos es una de las expresiones del aumento de los delitos generales de todo tipo, expresión, por otra parte, de esa anomia generalizada y de la crisis social de conjunto. De manera que si se pretende una comprensión mas o menos cabal de esta problemática hay que remitirse a ese contexto general que la envuelve. Consideraciones al respecto se hizo en otro lugar y forma parte de una investigación en curso, ahora vamos a acometer algunas aproximaciones a la cuestión del control social, el sistema de justicia (el sistema penal) y la vulnerabilidad social (problemas de identidad y subjetividad) en los grupos de jóvenes delincuentes.












Investigadora en el Centro de Investigaciones Sociológicas. Facultad de Derecho. Universidad Nacional de Tucumán.(ARGENTINA)














miércoles, 26 de junio de 2013

El Robo Y Las Mentiras De Los Adolescentes

El Robo Y Las Mentiras De Los Adolescentes

Los adolescentes roban y mienten por muchas razones, para desquitarse de los padres cuando sienten que han sido tratados injustamente, por reacción frente a algún evento que los agreda y también, a su vez, como muestra de agresividad. Lo hacen en muchos casos para ganar aprecio y aprobación de sus compañeros; algunos por rebeldía o para confirmar su oposición a la autoridad. Pero otros expresan con estas conductas inadecuadas una demanda de afecto y atención, así como falta de seguridad en sí mismos o baja autoestima. Algunos recurren a la mentira para evitar los castigos, para ganarse la admiración de los demás o no parecer menos que ellos y evitar así ser rechazados.  Igualmente, el miedo puede inducirlos a actuar de este modo. Además robar puede ser una aventura porque a los adolescentes les fascinan los riesgos. Deciden apropiarse de lo que les gusta, por estar a la moda, hurtan cosas de los supermercados o le extraen objetos a sus compañeros.
La mentira y el robo están asociados a otras conductas como huir de casa, así como también, en otros casos, al uso de drogas o alcohol o al abuso de la sexualidad. La mayoría de las veces un joven que tiene estas actitudes requiere ayuda y comprensión. En realidad la honestidad y el aprecio por la verdad son valores que se forman desde la infancia a través del ejemplo y de las actitudes de los padres y constituyen los pilares básicos del comportamiento del adolescente. Muy seguramente un niño que ha experimentado que en su familia las situaciones cotidianas, los problemas y dificultades se enfrentan de manera franca y sincera, aunque las consecuencias no sean las mejores, tendrá mayores probabilidades de ser un adulto íntegro. Por ejemplo, los niños aprenden de las disculpas o mentiras que utilizan algunos padres para eludir compromisos sociales y lo extienden para evitar las tareas que les son desagradables.