Con cierta frecuencia escuchamos noticias en
la prensa con respecto a jóvenes y menores delincuentes que se nos presentan
como extremadamente peligrosos y cercanos y ante los que debemos tomar todas
las precauciones posibles.
Estas noticias nos
presentan a muchachos curtidos y duros, sin emociones, asesinos en potencia,
lejanos a nuestras realidades y en muchos casos incomprensibles y ante los que
nos preguntamos ¿por qué fueron capaces de cometer tamaña brutalidad? Solemos
concluir que no son personas, sino monstruos, que habría que encerrarlos a
todos de por vida, cuando no señalamos que debería matándoles aplicándoles la
pena capital. No merecen vivir y son un peligro enorme para todos tanto como
personas como sociedad, sorprende además su arrojo y el número tan enorme de
actos delictivos que han podido cometer, sugiriéndose en sus historias de vida
una impunidad tremenda que nos sitúa en pañales en un mundo peligroso y
terrible ante el que solo cabe el miedo y la espiral de respuesta represiva por
vía policial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario